Tercera capilla de la nave de la epístola, su propiedad la ostentaba la familia Pueyo que la tomó bajo su protección en 1651, pero fue incendiada en la Guerra Civil estando dedicada a San Francisco Javier. La casa solariega de la familia Pueyo estuvo situada en las proximidades de la Catedral, concretamente en el solar que actualmente ocupa la Casa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en la Plaza de la Constitución.
En la actualidad, la capilla se encuentra vacía y desprovista de decoración. Formada por un arco de medio punto con pilastras que sostiene un frontón curvo partido con el escudo de la familia Pueyo, escudo que también aparece dentro en los muros laterales. Dispone de una pequeña cúpula con linterna que permite la iluminación de su interior. Su decoración arquitectónica escasea. Sólo queda de ella unas pinturas en el fondo, consistentes en un cortinaje y dos santos: San Dionisio y San Francisco de Borja.
San Francisco Javier nacido en el castillo de Javier (Navarra) en 1506 y fallecido en Malaca (Malasia) en 1552, fue misionero jesuita y es conocido como el Apóstol de la propagación de la Fé. En la Universidad de París conoció y entabló amistad con Ignacio de Loyola, que le enroló entre los compañeros con los que había de fundar la Compañía de Jesús, en Roma en 1539.
Por entonces, el rey de Portugal, Juan III, conocedor de los planes y compañeros de Ignacio, pidió al fundador que le concediera seis de sus religiosos para sus misiones de la India. Fueron designados dos, Nicolás de Bobadilla y el portugués Simón Rodríguez. Pero encontrándose enfermo Bobadilla, fue sustituido por Francisco Javier. Salió él solo hacia la India el 7 de abril de 1541, sin su compañero, que quedó en Lisboa por mandato del rey. Llevaba el nombramiento de legado pontificio para todas las tierras situadas al Este del cabo de Buena Esperanza.
Sobresalió por su dedicación a los enfermos en los hospitales, y a los prisioneros de guerra y encarcelados; y muy, particularmente por sus catequesis a los niños, a los que reunía por las calles al sonido de una campanilla, para enseñarles la doctrina cristiana. Con la ayuda de intérpretes consiguió traducir a su lengua las principales oraciones cristianas. Y así ejercitó las auténticas cualidades y virtudes del misionero, corriendo de pueblo en pueblo, siempre a pie, haciendo el oficio de predicador, de maestro, de juez en los altercados de la gente, de defensor de la justicia frente a las injusticias de unos y otros, sobre todo de los colonos y de los reyezuelos. Allí comenzó justamente su bien merecida fama de santo y de taumaturgo o milagroso.
En sus viajes ininterrumpidos buscó siempre nuevos campos de apostolado para sí y para los compañeros que San Ignacio iba enviándole ininterrumpidamente desde Europa. Después de emprender la labor evangelizadora en Japón, sus planes apostólicos eran mucho más ambiciosos: ponerse en contacto con los daymios o gobernadores de los diversos Estados japoneses, y con el mismo emperador del Japón. Es de notar que en su apostolado era ayudado por los mercaderes portugueses, que le colmaban de honores, con el fin de llamar así la atención del mundo japonés, en favor del misionero. Bajo su dirección y su entrega total comenzaban a florecer las primeras cristiandades japonesas.
Y como había oído a los japoneses que su cultura provenía propiamente de China, comenzaba ahora a madurar un nuevo plan, la evangelización de la propia China. Pero existía la dificultad de que estaba rigurosamente prohibida la entrada a todo extranjero. Sin embargo, enfermo de pulmonía, murió a las puertas mismas de la ciudad china de Cantón, en la mañana del 3 de diciembre de 1552.
Fue beatificado por Paulo V el 25 de octubre de 1619, y canonizado por Gregorio XV el 12 de marzo de 1622. Siendo declarado más adelante patrono principal de todas las misiones de la Iglesia.
Artículos y audioguías relativas a la Catedral de Barbastro:
- (1a). Introducción.
- (1b). Accesos e interior.
- (II). Retablo Mayor.
- (III). Retablo de San Ramón.
- (IV). Retablo de San Pedro Apóstol.
- (V). Capilla de la Virgen del Pilar.
- (VI). Capilla de la Asunción.
- (VII). Capilla de San Francisco Javier.
- (VIII). Capilla del Santo Cristo de los Milagros.
- (IX). Capilla de San Carlos Borromeo.
- (X). Capilla de San José.
- (XI). Capilla del Rosario y el órgano.
- (XII). Capilla de los Reyes.
- (XIII). El Coro.
- (XIV). Torre campanario.
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