Debajo de la Barbacana, y accediendo desde el Barrio del Campo de San Juan, se encuentra en Barbastro uno de los pozos de hielo más monumentales de la Comarca del Somontano y de la provincia de Huesca.
Fue construido en 1612 por el Concejo de la Ciudad y encargado al arquitecto Pedro de Ruesta, que entre otras obras realizó el exterior de la torre de la Catedral de Barbastro que apreciamos en la actualidad. La edificación está parcialmente excavada en la ladera orientada al norte, en la roca arenisca, mientras el resto se halla construido con sillería, mampostería y ladrillo. Se trata de un edificio rectangular de 8,50 metros de largo y de 7,70 metros de ancho, cubierto con una bóveda de cañón construida con ladrillos árabes y reforzada en su centro con un arco perpiaño; la altura total es de 11,50 metros. El cierre de la parte norte lo forma una pared de 20 metros de largo, 15 de alto y un grosor de 2,50. El acceso a la base de la nevera se hace a través de una apertura de 2 metros de alto y 0,85 de ancho, situada en la parte inferior de dicho lienzo de pared. Una trampilla algo irregular de 1 por 0,50 metros, abierta en el centro de la bóveda, permitía llenar de hielo o nieve el pozo. En el lado superior de la pared oriental se abre un vano en arco abocinado de 2 metros de alto, actualmente cegado, que debió de usarse para sacar el hielo por medio de una polea colgada de un gancho de hierro que todavía se conserva. En la pared occidental, una escalera de ladrillos de 2 metros de altura permite alcanzar una apertura que comunica con una cueva colindante cuya boca está orientada al Norte. Este abrigo rocoso, lo mismo que otro próximo, pudieron haber servido de alojamiento para los obreros o como depósitos auxiliares para almacenar el hielo o nieve en años de mucha producción.
El pozo de la Barbacana se suministraba del hielo producido en unas balsas (documentadas en un grabado del siglo XVIII) situadas en el río Vero en cuyas proximidades se sitúa el pozo de hielo y en etapas de escasez se traía hielo y nieve de los pozos de Otín en la Sierra de Guara. El último uso de este pozo se documenta a comienzos del siglo XX por parte de la empresa Espumosos Angelín, empresa barbastrense que elabora refrescos y sifones.
El pozo se ha restaurado en diciembre de 2006 con la acción principal en el muro exterior, zona más deteriorada, mientras que el interior apenas ha necesitado actuación. El interior se ha musealizado, permitiendo las visitas de turismo, incluyendo iluminación para apreciar la estructura, paneles explicativos, sonografía que explica aspectos históricos de la gestión de este pozo en el siglo XVII y la recreación, en una zona, del proceso de almacenamiento del hielo.
Esta instalación, además de mostrar la historia y funcionamiento del Pozo de hielo de La Barbacana, sirve de punto de partida para la Ruta del Frío que articula otros 11 pozos de hielo situados en el Somontano y la Sierra de Guara, algunos también restaurados y son reflejo de la importancia y el impacto socioeconómico que el comercio de la nieve y el hielo tuvieron en el Somontano de Barbastro entre los siglos XVII y XIX.
Fue obra de referencia para la construcción de otros neveros en la provincia. Y junto con el segundo pozo de hielo de la Almunieta se arrendaba su explotación a particulares por la que el ayuntamiento obtenía elevados ingresos.
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Debajo de la Barbacana, y accediendo desde el Barrio del Campo de San Juan, se encuentra en Barbastro uno de los pozos de hielo más monumentales de la Comarca del Somontano y de la provincia de Huesca.
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