Plaza de la Diputación en Barbastro

Plaza de la Diputación en Barbastro. Plaza de la Diputación en Barbastro

La actual Plaza de la Diputación en Barbastro tenía antiguamente la denominación de “Plaza del Matadero”, y este sigue siendo actualmente el modo coloquial de referirse a ella entre los barbastrenses. Este tradicional nombre es debido a que durante años se encontró allí el matadero municipal de la ciudad.


Esta plaza ha ido sufriendo a lo largo de su historia varias remodelaciones, la última de ellas, y que le ha dado su aspecto actual, fue dirigida en 1999 por el arquitecto Heliodoro Dols, quien junto a Javier Domingo, obtuvieron el primer premio del concurso, consiguiendo un espacio tranquilo y agradable, donde es posible disfrutar de su vida cotidiana contemplando el devenir desde alguna de las terrazas dispuestas para el consumo de bebidas y tapas. Además es lugar de celebración de conciertos y eventos tanto para las fiestas, como otras actuaciones culturales, donde acuden vecinos de la ciudad y de toda la Comarca del Somontano. Es lugar destacado en la celebración de la Feria de la Candelera llenándose por completo de puestos de comerciantes que ofrecen sus mejores artículos.

Para quienes realizan turismo por la ciudad, sirve además como nexo de unión entre varias calles: observando hacia el lado izquierdo de la plaza, desde aquí se puede acceder al paseo fluvial alrededor del río Vero y su entorno de la Calle Las Fuentes, o acceder al conjunto de la Plaza de San Francisco, donde destaca la iglesia de su mismo nombre; si tomamos la Calle Argensola podemos dirigirnos hacia la Casa de la Cultura (antiguo Palacio de los Argensola) y Plaza del Mercado. Si nos fijamos en la lado derecho de la plaza, encontramos la confluencia de tres vías importantes de Barbastro: La Avenida de los Pirineos, la Calle Corona de Aragón y la Calle General Ricardos.

Existen datos documentados que en esta plaza se realizaba el comercio de hielo y nieve, cuando en Barbastro, y gracias al pozo de hielo, se ejercía una importante actividad comercial en relación con el único elemento frío que existía para la conservación de alimentos.

En agosto de 1729 se produjo una intervención por parte del Ayuntamiento, que había recibido quejas sobre la carne que se estaba vendiendo en las tablas alegando 'que no era de ley'. Como el suministro de carne a la ciudad era un monopolio municipal, el Ayuntamiento era parte interesada y responsable en este asunto, por lo que mandó avisar a los cortantes de las tablas de carne y a los médicos, para que informaran si 'era carne nociba a la salud'. De este mismo año es también el primer informe sanitario emitido por los médicos de la ciudad, en el que se referían a 'lo perjudicial que son a la salud pública los Puestos Comunes de las casas desde el Puente de San Francisco hasta el lado de la ciudad y los estercoleros que se hacen en la plaza del matadero'. Por otra parte, se hizo público un bando prohibiendo arrojar estiércol y hacer hornos de yeso en la plaza del Matadero, desde el puente del Portillo hasta San Juan, bajo pena de 60 sueldos (3 libras).

En marzo de 1943 el Ayuntamiento ofreció a Correos varias parcelas de terreno a elegir para la edificación de la nueva sede en Barbastro. En la visita a la ciudad del Jefe de Construcciones de la Dirección General de Correos y Telecomunicación, el lugar donde se decidió ubicar el edificio fue en esta plaza, entre la orilla del río y el antiguo Arco de San Francisco. Sin embargo, debido a las necesidades de ampliación, en 1955 se decidió el traslado de la oficina de Correos y Telégrafos a unos locales en la Estación de autobuses. Esta decisión no fue del gusto de algunos industriales de la ciudad que consideraban que los nuevos locales quedaban muy alejados del centro de Barbastro.

Como parte neurálgica de la ciudad, mantiene muchos comercios de antaño y establecimiento de hostelería, los cuales algunos han pasado de abuelos a padres, y de padres a hijos; otros han cambiado de ubicación; y los demás han ido desapareciendo para dejar sitio a otro tipo de establecimientos. Cabe señalar que, hacia 1795, cuando en Barbastro el comercio de chocolate era intenso, en esta plaza se encontraba uno de los comercios tradicionales de ultramarinos que regentaba Antonio Torrente, donde en su botiga además de vender género alimenticio, también tenía algo de quincalla como botones de ballena, de azabache o metal, alfileres y dedales. En el día de hoy no quedan restos de este comercio.

Una de las empresas tradicionales desde 1919 es la de la familia Aixéla, dedicada a la comercialización de fertilizantes, lubricantes y material para la construcción, cuyas oficinas y exposición se mantienen en esta plaza, pero cuyos almacenes han sido necesarios trasladar al polígono de la Cerámica para facilitar las labores de carga y descarga. Caso similar es el de otra empresa familiar, Ernesto Cancer, especializada en la comercialización de material de construcción, sanitarios y decoración, cuya presencia en la plaza a lo largo de tres generaciones ha obligado a ampliar sus instalaciones con la adquisición de espacio comercial en otras ubicaciones próximas, pero fuera de este entorno inicial.


Ver La Plaza de la Diputación en un más grande


Código QR del artículo para dispositivos móviles. Plaza de la Diputación en Barbastro


disponible para patrocinadores, haz click aquí

1 comentarios:

descubre.somontano dijo...

La actual Plaza de la Diputación en Barbastro tenía antiguamente la denominación de “Plaza del Matadero”, y que entre los barbastrenses sigue siendo el modo habitual de referirse a ella. Este tradicional nombre es debido a que durante años se encontró allí el matadero municipal de la ciudad.