Junto a la torre de señales, y colgada sobre unos escarpados muy abruptos de cerca de 80 metros de altura sobre el cauce del Cinca, se construyó en la época medieval la ermita que actualmente puede visitarse. Originaria de los siglos XI y XII, las reformas realizadas en el siglo XVII hicieron irreconocible cualquier vestigio del templo primitivo. Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció a unos leñadores de Bolturina declarándoles su deseo de ser allí venerada. En la mitad del siglo XII está documentada una visita del devoto rey Ramiro II a este sacro espacio.
Anteriormente era cuidada con cariño por los vecinos de los alrededores, pero en 1969 fue restaurada por el Patronato de Torreciudad, albergando la imagen original de la Virgen de Torreciudad hasta su traslado al santuario.
El Patronato de Torreciudad es una asociación civil, sin ánimo de lucro, que ayuda al santuario en su sostenimiento económico, imposible de conseguir sin las ayudas públicas y privadas que regularmente aporta un amplio abanico de instituciones y particulares, colaboración que se mantiene porque valoran positivamente los bienes inmateriales que reciben visitantes y peregrinos (espiritualidad, paz, contemplación,...) y la promoción social que se realiza en beneficio del territorio. Igualmente, el Patronato dedica importantes esfuerzos para propagar la devoción a la Virgen. El germen de este Patronato parece ser que surgió de un grupo de hombres procedentes de cada uno de los reinos que componen la antigua Corona de Aragón: Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca; los cuales quisieron devolver a Torreciudad su antiguo esplendor.
Actualmente en la ermita, un cuadro colocado en el retablo reproduce la imagen de como estaba antes de su restauración. Además de la capilla, la ermita tiene varias dependencias donde se alojan sacerdotes que atienden al culto en el santuario. En el zaguán, se encuentra un libro de firmas a disposición de los peregrinos, que guarda sus ruegos y propósitos formulados a la Madre de Dios. Antiguamente había en la ermita una balanza, que hoy puede verse también en este zaguán, en la que los peregrinos pesaban y presentaban al niño sanado por la Virgen y le ofrecían el equivalente de su peso en trigo, aceite u otras especies.
El domingo posterior a la solemnidad de la Asunción de la Virgen se celebra la festividad de la Virgen de Torreciudad, en la que revive esta tradición, una de las tradiciones más entrañables de esta devoción mariana altoaragonesa. Bajo uno de los arcos del porche se prepara la antigua balanza forjada en hierro en la que son colocados los niños. Los padres introducen a sus hijos dentro de un canasto de mimbre, colocado en uno de los brazos de la balanza, mientras en el otro igualan el peso de la criatura poniendo trigo y aceite, según la costumbre, o productos de sus lugares de origen. Lo que antes se destinaba como ayuda a la manutención del santero o la santera y su familia, en la actualidad se entrega a distintas entidades benéficas de los alrededores. Tras al pesaje de los bebés, se entrega a los padres un recordatorio impreso con la fecha del ofrecimiento y una medalla de la Virgen de Torreciudad.
Hoy, como a lo largo de los nueve siglos de historia, esta pequeña ermita sigue siendo un entrañable punto de encuentro para las gentes de las comarcas cercanas del Somontano de Barbastro, Ribagorza y Sobrarbe; que celebran con frecuencia misas, bodas, aniversarios o retiros espirituales.
Artículos y audioguías relativas al Santuario de Torreciudad:
- (I). Introducción.
- (II). Origen.
- (III). La antigua ermita.
- (IV). El templo.
- (V). El retablo.
- (VI). La imagen de Ntra. Señora.
- (VII). El órgano.
- (VIII). Sendero de los Dolores y Gozos de San José. (1ª parte).
- (IX). Sendero de los Dolores y Gozos de San José. (2ª parte).
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