El guiñote es un juego de naipes típico de Aragón, donde está considerado poco menos como el juego nacional, y muy popular en todas las localidades del Somontano. También se suele jugarse mucho en Navarra, en Castellón y parte de Castilla, y sobre todo en aquellas ciudades donde hay, al menos, un centro aragonés. Se juega con baraja española de 40 cartas. No es un juego para ganar dinero, ya que su dinámica resulta lenta; pero si que puede ser la mejor forma de pasar muchos ratos de ocio, o el entretenimiento para combatir al pesimismo o la depresión. Es en fin, un buen cauce para alternar, conocer y entender a los demás.
Con el guiñote se juega uno el 'gasto', o lo que es lo mismo, la consumición que se hace en el bar: un café, un vino, una copa o algo similar. En ocasiones excepcionales, y sobretodo cuando hay parejas de mucha categoría picadas, un desafío puede llevar a jugarse una merienda para los jugadores y espectadores, que da lugar a una buena juerga, a una fiesta compartida que enriquece la propia convivencia de los integrantes.
Antiguamente, se llamaba bresca real (brisca). Su actual denominación tiene origen en los guiños que en la bresca real se hacían los compañeros de juego. Las voces altoaragonesas guiñá, guiñada y guiñotada, usadas hace un siglo en el argot de la brisca aragonesa, completan su etimología. También se llamaba «tute aragonés» por la similitud con el tute en algunos lances, tanteo y valor de las cartas.
En el guiñote, en todos los palos, el orden de las cartas, de mayor a menor valor, es el siguiente: as (11 tantos), tres (10 tantos), rey (4 tantos), sota (3 tantos), caballo (2 tantos), siete, seis, cinco, cuatro y dos. Difiere de los juegos originarios en que la sota vale aquí un tanto más que el caballo, y que los cantes (acuses) se forman con reyes y sotas, en vez de reyes y caballos, como en el tute.
Puede jugarse individualmente entre dos jugadores, partida de 'mano a mano'; pero lo típico y tradicional es el juego de parejas, en cotos de tres o cinco partidas. Por regla general, la pareja vencedora del coto, concede la remincha (forma de llamar a la revancha en la Comarca del Somontano) o desquite en otras zonas, con un matiz de cortesía y continuidad lúdica. Sin embargo, en el 'guiñote arrastráu', que se puede jugar entre tres, cuatro o cinco personas, siguiendo las reglas del tute arrastrado, la individualidad del jugador matiza situaciones de suerte y ganancia.
En el guiñote por parejas, son interesantes las formas casi rituales de barajar las cartas, emparejar jugadores, la suerte de dada, la salida, los cantes y los arrastres, situaciones todas muy ricas en el léxico aragonés. El jugador que ha de repartirlas, tras haber barajado bien las cartas, las ofrece al de la izquierda para que haga uno o varios cortes, y las distribuye a continuación, seis cartas a cada jugador, de tres en tres, siguiendo el orden de derecha a izquierda, y descubriendo finalmente la que señala el palo de triunfo, sobre la que deposita cruzado y oculto el montón.
Inicia el juego el jugador situado a la derecha del repartidor, jugando una carta; juegan los demás la suya en el orden de rotación indicado, procurando el descarte para cuando llegue la suerte del arrastre, en que es obligado matar o servir; si se falla al palo, hay que echar triunfo, y en su defecto, una carta cualquiera.
Durante la partida, si una figura marca el triunfo, puede cambiarse por el siete del mismo palo, siempre y cuando el jugador o su pareja hayan hecho baza. Los buenos guiñoteros, que 'saben tenerlas', antes de hacer el cambio juegan la última baza, para intentar acumular puntos, cargando guiñote a su compañero, o simplemente buscan el descarte.
Para ganar la partida hay que hacer 101 tantos, al igual que en el tute. Si ninguno de los contrincantes consiguen ese tanteo, debe jugarse otra partida, llamada 'de vueltas', llevándose la cuenta de los tantos conseguidos en la anterior; cesa el juego cuando una de las partes alcanza esa puntuación.
Interesantes son las formas utilizadas en el recuento de las bazas, siempre en función del que ha hecho 'las últimas', que tácitamente tiene adquirido el derecho a contar primero. Esta suma ritual mental o en voz alta dice así: 'Diez últimas', como primer sumando, y después agrega los cantes y el valor de las figuras. Hasta 51 puntos, 50 serán 'malas' y 'una buena', que se cantará con más énfasis hasta contabilizar todas las 'bazas buenas', que nos darán partida cuando 'nos hayamos pasado' o hemos hecho 'cincuenta y una buenas'.
Si en la partida ha cantado 'las cuarenta' quien ha hecho las últimas, entonces se dice: 'Cuarenta y diez últimas, cincuenta', siendo todas las figuras conseguidas 'tantos buenos', y considerando como 'bazas buenas' todas las cartas ganadas. Cuando los dos adversarios consiguen pasar de 101 tantos, gana la partida quien hace las 'diez últimas', y además tiene el derecho de repartir para la nueva partida.
En función del juego, las suertes, el ambiente y el resultado, se han ido formulando populares refranes y dichos en el guiñote. Los cuales, a buen seguro, llamarán la atención de quienes haga turismo por estas tierras. Algunos de los más destacados podrían ser los siguientes:
'Barajea bien, menéalas y da'. Se aconseja al que las da, para evitar triunfadas a una mano.
'Carta en la mesa, pesa'.
'A un guiñote, otro'. Cuando a una salida de carta alta se responde con otro guiñote.
'Nunca mejor empleáu'. Cuando se han jugado dos ases consecutivos y el siguiente jugador tira el as de triunfo.
'El tres muere en su oficio'. Cuando en el juego por parejas, hay un arrastre obligado. (Propio de Barbastro).
'Si eres guiñotero, el triunfo p´al compañero'.
'Con las cuarenta, tres y as, la partida ganarás'.
'De mis veinte' o 'De mis cuarenta' cuando, tras el cante, se sale de una de estas figuras.
'Los mirones, de mármol, y, si puede ser, picau'. (Propio de Barbastro)
'Aquí yes tu tan preciso com´os perros en misa'. (Propio del Somontano)
'Guiñotero y rondador, seguro trasnochador'. Ya que la partida de la noche, como la ronda, se sabe cuándo empieza, pero nunca cuándo termina.
'Carta en la mesa, pesa'.
'A un guiñote, otro'. Cuando a una salida de carta alta se responde con otro guiñote.
'Nunca mejor empleáu'. Cuando se han jugado dos ases consecutivos y el siguiente jugador tira el as de triunfo.
'El tres muere en su oficio'. Cuando en el juego por parejas, hay un arrastre obligado. (Propio de Barbastro).
'Si eres guiñotero, el triunfo p´al compañero'.
'Con las cuarenta, tres y as, la partida ganarás'.
'De mis veinte' o 'De mis cuarenta' cuando, tras el cante, se sale de una de estas figuras.
'Los mirones, de mármol, y, si puede ser, picau'. (Propio de Barbastro)
'Aquí yes tu tan preciso com´os perros en misa'. (Propio del Somontano)
'Guiñotero y rondador, seguro trasnochador'. Ya que la partida de la noche, como la ronda, se sabe cuándo empieza, pero nunca cuándo termina.
Si se quiere profundizar en el conocimiento de este apasionante juego, se puede consultar el siguiente enlace sobre el Reglamento del guiñote.
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El guiñote es un juego de naipes típico de Aragón, donde está considerado poco menos como el juego nacional, y muy popular en todas las localidades del Somontano. Se juega con baraja española de 40 cartas. No es un juego para ganar dinero, ya que su dinámica resulta lenta; pero si que puede ser la mejor forma de pasar muchos ratos de ocio, o el entretenimiento para combatir al pesimismo o la depresión. Es en fin, un buen cauce para alternar, conocer y entender a los demás.
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